Parece que no importa cuántos meses de concienciación sobre la ciberseguridad pasen, cuántos profesionales de seguridad de élite se lancen en paracaídas o cuánto dinero se pierda en un agujero negro, el problema de las grandes violaciones de datos no hace más que empeorar año tras año. Son tan habituales que apenas aparecen en las noticias, a menos que sean catastróficas. En 2020, más de 36.000 millones de registros quedaron expuestos en ciberataques maliciosos, y estamos a la espera de ver cuántos se cosecharán en 2021.